Principios metodológicos y pedagógicos
«Un joven en dificultad es un reclamo de amor»
la normalización del adolescente, la autonomía personal, la participación activa, la integración en la comunidad, la globalidad y carácter integral, la personalización del adolescente, así como la profesionalización del personal.
Los procesos de intervención se agrupan en tres: proceso de derivación y acogida, proceso de intervención y proceso de salida y seguimiento. Cada proceso está orientado a conseguir los objetivos del área y tiene un responsable de su planificación, ejecución, revisión y mejora. Los procesos se relacionan entre sí, lo que genera la gestión en interfases. Dicha gestión – coordinación se realiza semanalmente con la participación de todos los educadores del programa.
El proceso de acogida responde a la necesidad de ofrecer a las personas que entran en el programa una información clara de las características del servicio, así como del funcionamiento concreto de la residencia, y de concretar la evaluación inicial de necesidades. El tutor de referencia lo acoge, enseñándole al adolescente la residencia y cuáles son su habitación y espacios personales. Mantiene una reunión con los compañeros para la presentación de cada uno. En la primera reunión de tutoría se firma el contrato socioeducativo y se le entrega el Reglamento de Régimen Interno.
El proceso de intervención contempla las siguientes fases y subprocesos: normalización de la situación legal, programa de desarrollo individual, formación y empleo, vida cotidiana y relación con el entorno, autonomía y seguimiento, y coordinación con otros recursos comunitarios.